Escuchando los discursos
políticos, ya sean económicos o de seguridad internacional siento hervir
la sangre por la simplicidad infantil e incluso odiosa de sus manifestaciones.
cnn.com |
Atendemos en televisión cómo la
respuesta del presidente de turno ante un acto que califican de terrorista es una
respuesta emocional. No ya de un acercamiento a las víctimas, siempre loable,
sino usado intencionalmente para reproducir mediante simplicidades absolutistas
una lucha del bien contra el mal, de occidente contra oriente, de la luz contra
la oscuridad. Digo esto debido a que un
exceso de sentimentalismo al tratar el tema indica cuánto se está dejando de
hacer por solucionar las cuestiones. Respeto la decisión del presidente o el
ministro de acercarse al dolor de las víctimas. Pero creo que un político debería
aunar la sagacidad de un intelectual y el arrojo de un soldado. Uno se debe a
la verdad, el otro a su pueblo.
Rick McKee, The Augusta Chronicle |
Sin embargo no es ésta la clase
política que tenemos en Occidente. Lo que tenemos son manos ejecutoras
ignorantes. Incapaces de tener la valentía de entender de dónde proviene esta
violencia, silencian o ignoran los profesionales e intelectuales que se dedican
al estudio de estas cuestiones antropológicas, se lanzándose como hienas a
enarbolar de nuevo banderas “del bien “, del “mal” y una caza de brujas moderna
contra “los terroristas”. Como si fuera una enfermedad estigma de ciertas
personas, crea patrones muchas veces absurdos sobre género, nacionalidad,
estrato social, identidad nacional…
Por ello fracasan los intentos
occidentales por frenarlo. El yihadista no es estúpido, y sabiendo cómo
funciona la limitada mentalidad esta clase dirigente, combate cada razonamiento
nuestro con un nuevo dato que nos desconcierta. Cuando creíamos que los
terroristas eran hombres, aparecen mujeres. Cuando creíamos que eran adultos,
aparecen jóvenes. Cuando intentamos precisar y encontrar jóvenes de
nacionalidad irakí, aparecen franceses. Y mientras ignoran la verdadera naturaleza
del problema, más inocentes siguen muriendo.
Lo más preocupante no es esto,
sino la miope respuesta de las autoridades. En lugar de hacerse cargo de que el
fenómeno terrorista no es un virus….¡continúa actuando de la misma forma! Como
si entonces pensara que es una enfermedad mental, continúa elaborando patrones,
copias y mandando a los cuerpos de seguridad a buscar las presas. De continuar
así, pronto el patrón oficial de
terrorista será: “hombre o mujer, de origen árabe o europeo o americano, tez
morena o blanca o parda, de nacionalidad europea o de oriente medio o
estadounidense o africana, de estudios universitarios o escolares o nula”.
Imagino que las cárceles estarán repletas para entonces. Hasta ahora, lo único
en lo que parecen ponerse de acuerdo es que todos parecen profesar la fe
musulmana. Y ello tampoco vaciaría cárceles de no acompañarse el adjetivo
extremista que se aplique en cada caso…
No me corresponde a mí disertar
sobre temas tan elevados y complejos, carezco de los conocimientos suficientes.
Pero sí quiero decir que el pueblo del siglo XXI no es estúpido. Mejor
formado que nunca, conocemos nuestra historia. Belicista, egoísta, miope.
Mecanicista, chantajista y orientada al individuo y al propio beneficio
exclusivo. Ahora sabemos que nunca sabemos realmente todo lo que hacen nuestros
gobiernos y sus empresas en otros países.
By Cardow, The Ottawa Citizen |
Sirva como orientación este enlace: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2015/01/terrorismo-y-tabu-eta-y-yihadistas.html